4 de mayo de 2009

Quimeras de algodón

Juré a los dioses entre cometas y estrellas, que mi albedrío de quimeras me lo dieran para estar más cerca de ti, para poder buscarte apesadumbrado por la noche sin estrellas, para encontrarte en mi mundo de marionetas… Me refugie en una inmersa caverna, pensando en ti, cuidando de la tierra, mientras la señora de negro se acercaba sigilosa y sin tormenta, que infeliz es al crear que con eso me ahuyenta, ya que teniendo tu esencia nada me alienta. Porque eso me da vida, porque eso me da fuerzas, porque eso me lleva a tenerte siempre en mi cabeza. Y es que eres sensación, eres esencia… simple mundo sin cielo que mi alma refrescas, en donde el dolor ni tan si quiera su presencia comenta, pues tu perfección de bueno modo lo ahuyenta. Pequeños licántropos que atormentados a los cuatro vientos a la luz de la luna cantáis, he de deciros que quizás la vida es sueño, ya que el mayor bien es pequeño, quitando un sollozo a modo de arrepentimiento. Frenesí de sentimientos a modo de acompañamiento que siguen triunfantemente alimentados con mi aliento, basados en tu recuerdo, creados en post del viento… Y tú, preciosa dama de oro y plata que en mis sueños me acompañas, dime con la mirada que hay algo mas en tus entrañas, entrañas donde acompañas las miradas que el viento llevaba, dime que con la mirada, que sigues queriendo, dime con la mirada, que me amas por dentro... mientras, el impío guardián del paraíso divino, carece sin constancia, regresando al olvido, perdiendo la nostalgia, en donde todavía su ritmo de marcha se contagia. Miro al cielo para saber que más decir, para no terminar este poema simplemente aquí, sin saber más que sentir, pero el cielo ninguna respuesta me da, más tu reflejo una vez mas tengo que mirar, tu cuerpo de nuevo quisiera volver a tocar, pues quiero soñar con descubrir los confines prohibidos, que en mi alfombra de sueños emergen de la mar. Volar es sinónimo de soñar, pues volemos juntos levantando nuestras alas en dirección a la eternidad, elevando nuestros corazones unidos a la par, conquistando tierras lejanas en donde tú y yo podamos estar, gobernando un país llamado sentimiento, mientras estamos disfrutando que, la vida tan sólo es sueño.